Con un estilo relajado y entretenido, pero con mucha información técnica explicada de forma tal que cualquiera pueda comprender algunos de los temas que les quitan el sueño a muchas de las personas con miedo al vuelo, el libro “Píldoras aeronáuticas para curar el miedo a volar”, de Javier Ruiz-Calderón (2023) es el acompañante perfecto para nuestro próximo vuelo o incluso para los días previos, que a veces se viven con mayor ansiedad que el mismo vuelo.
En total, son 54 píldoras y 10 minipíldoras. Y al final, se incluyen unas páginas para poder tomar nota en cada píldora. Con fotos e ilustraciones en la mayoría de las páginas, Javier Ruiz-Calderón comenzó a escribir el libro casi sin darse cuenta: fue a través de un mensaje por WhatsApp a un amigo, que le había enviado una foto desde el avión, que se dio cuenta que a otros podía interesarle la explicación que le acababa de enviar a su amigo, sobre las partes del ala. Empezó entonces a publicar estas explicaciones, que denominó “píldoras” en otra red social: Linkedin. Para llegar a más gente que pudiera sentir pasión por los aviones y que tuviera ganas de aprender sobre ellos. Pero también, a aquellos que tenían miedo y que a través del conocimiento pudieran “ir amigándose” con el mundo aeronáutico.
A continuación, un extracto de algunas de las píldoras:
Los palitos de las alas: anti estática y anti-rayos
En las alas, se encuentran los Static discharge, unas varillas de carbono que van instaladas en ciertas zonas como los bordes de salida del ala, estabilizadores, carenados de flaps y sirven para drenar la electricidad estática y la electricidad que podría generar en caso de un impacto de rayo (Lightning strike). La estructura se comporta como una jaula de Faraday conduciendo la carga por ella, sin causar daños a los pasajeros. Los static discharges guían la electricidad a la tierra.
Los aviones tienen los sistemas redundantes
En la aeronáutica, los sistemas importantes están replicados no dos veces sino incluso más cuando se tratan de sistemas críticos que afectan a la operación y que por ende pueden comprometer la seguridad del vuelo. A eso se lo conoce como redundancia. Desde el sistema hidráulico, sistema de control de vuelo, sistema eléctrico, pasando incluso hasta por los pilotos con todas sus pantallas y mandos de control que poseen cada uno en su posición, todo está duplicado.
Los aviones tienen un informe meteorológico actualizado en cada vuelo
En el briefing de pre-vuelo la tripulación recibe una serie de documentos junto con información meteorológica para planificar la ruta, niveles de vuelo, aeropuertos alternativos, combustible necesario. Pero como las condiciones meteorológicas pueden cambiar rápidamente, los pilotos cuentan con la información del radar meteorológico (Weather Radar WxR), que le permitirá tomar acciones inmediatas y evitar cualquier tipo de sorpresa. Por ejemplo, los pilotos podrían hacer ajustes en la ruta y altitudes de vuelo para esquivar tormentas, siempre bajo autorización de los controladores aéreos.
Los aviones tienen un sistema de alerta que se emite si se está muy cerca del suelo
Se conoce como “Sistema de alerta de proximidad al terreno” o GPWS (Ground Proximity Warning System) y consiste en un computador que contiene en una base de datos un mapa mundial tridimensional de la superficie del terreno y que completándose con la información que recibe con la posición de la aeronave, altitud, información del radar y velocidad alertará si hubiera un riesgo de impacto con el terreno.
Los aviones tienen un sistema de alerta de colisión
El TCAS (Traffic alert and Collision Avoidance System), un sistema que genera un perímetro virtual de seguridad en torno a cada avión. Si algún “intruso” se cruza en la ruta, el sistema alertará al piloto. En una de las dos pantallas principales, en el Navigation Display se mostrará de forma gráfica el tráfico cercano. Como si fuera el juego de “Marco Polo”, el sistema va haciendo uso de un comunicador (transponedor) y lanzará y recibirá mensajes, y en caso de alerta debido a que hay otra aeronave en misma altitud brindará indicaciones a cada avión sobre cómo proceder para resolver la situación.
Los aviones no pueden hacer marcha para atrás
Sería absurdo dotar a la aeronave con un sistema que permitiera dar marcha atrás para ser usado en una mínima parte de su operación. Por eso, para dirigirse desde la puerta de embarque hacia la pista, las aeronaves son guiadas por unos vehículos especiales para realizar la maniobra de “Push back”, empujándolos conectándose desde el tren de aterrizaje delantero.
Separación entre aviones
En el espacio aéreo, las aeronaves generalmente operan por aerovías (carreteras del aire) de ambos sentidos separadas verticalmente. Esta distancia vertical había sido establecida en 600 metros. Ante la necesidad de flexibilizar y optimizar el espacio aéreo, se introdujo el estándar RVSM (Separación Mínima Vertical Reducida), de modo que esta separación vertical se redujo a tan solo 300 metros.
Sistema de aterrizaje instrumental: el perro lazarillo de los pilotos
El ILS es un sistema que guía a la aeronave de manera automática hasta la cabecera de pista, controlando su altitud y desviación lateral en cada momento, para que el contacto sea exacto. Básicamente la aeronave “engancha un carril virtual” como si fuera la vía de tren que nos llevará de manera suave y progresiva hasta posarnos en tierra.
Para ello, todos los que participan tienen que tener sus sistemas disponibles y certificados:
- Aeropuerto: antenas senda de planeo y eje de pista
- Avión: antenas receptoras y equipos avinimos operativos
- Tripulación: formación para este tipo de operación.
Según el grado de reducción de visibilidad, existen diferentes cateogorías, lo que significa que los sistemas serán más finos:
CAT 1: baja visibilidad
CAT 2: muy baja visibilidad
CAT 3: visibilidad nula
Los textos de cada píldora están relatados con mucho humor, lo que sin duda ayuda a desdramatizar el hecho de subirse a un avión. ¿Curarán estas pastillas?
Personalmente, no creo en las soluciones mágicas, sino en que “entrenarse” para ir afrontando cada vez mejor la idea de subirnos a un avión. Y las píldoras que presenta el autor pueden ayudar mucho a ese entrenamiento y a confiar cada vez más en la aviación y en los pilotos. Enhorabuena que existe este libro y otros libros y pronto seguiremos compartiendo más píldoras.
Sobre Javier Ruiz-Calderón
Estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad de Sevilla. Realizó el proyecto final de carrera en Alemania en la Universidad de Braunschweig. Hizo sus prácticas en Airbus, luego trabajó en Chile como ingeniero de motores en LAN. Y unos años más después, ascendió a Jefe de Control de Calidad del Centro de Mantenimiento y luego como subgerente de producción. En 2019, regresó a España y trabajó en Iberia como Manager de planificación del MRO, donde realizaban más de 300 checks anuales.
El libro «Píldoras Aeronáuticas para curar el miedo a volar» está disponible en Amazon (en papel y versión kindle) https://amzn.eu/d/8PbkLgl