Durante muchos, muchísimos años, busqué fórmulas mágicas para superar el miedo a volar. ¿Cómo? ¿Yo hice eso? Por supuesto. Después de hacer el curso en 2008 que me permitió dejar atrás 15 años sin subirme a un avión, tuve varios avances y retrocesos. Nunca más dije “no me subo”. De hecho, tuve varias invitaciones y jamás lo pensé dos veces: siempre dije «si quiero». Pero hubo viajes que se me pasaron volando (literalmente) y otros que me costaron más.
Hasta que en 2016 empecé a escribir este blog, me propuse investigar el tema de la aerofobia y entendí que no existen fórmulas mágicas para nada, pero mucho menos para perder el miedo a algo, en mi caso a volar.
Poder escuchar los casos de otras personas con miedo a volar en el curso que empezamos a organizar en 2017, tener el honor de viajar sentada junto a personas que vinieron al vuelo de bautismo y así se animaron a volar por primera vez, fueron experiencias increíbles que además me aportaron más información.
En el medio de todo este proceso, de este aprendizaje, comprendí que superar un miedo es muy parecido a hacer una dieta: uno puede aprender sobre nutrición y saber qué hay que comer y qué no para bajar de peso, pero a veces se nos hace más difícil e incluso, podemos volver a engordar.
También se compara con ir al gimnasio: si durante un año dejamos de ir y no hicimos nada de actividad física durante esos meses, seguramente cuando empecemos de nuevo a hacer ejercicio tendremos nos costará bastante esfuerzo. Diferente hubiera sido si durante ese tiempo hubiéramos seguido caminando, andando en bicicleta…
Así creo que es el miedo a volar: hay personas, principalmente las que tenemos tendencia a tener miedo, que probablemente tengamos que convivir el resto de nuestras vidas con el desafío de enfrentar el temor a volar. Por eso, es importante seguir “entrenando” el afrontamiento al miedo.
Con este objetivo, trabajamos durante 7 meses con la psicóloga Nicole Harf, especialista en trastornos de ansiedad y fobias, y creamos el taller “Entrenando el afrontamiento a volar. Cómo ser una persona menos miedosa”, con un programa que incluye temas directamente relacionados con nuestros miedos, emociones, conductas y varios ejercicios prácticos.
Fue un proceso increíble, de reuniones semanales de 3 horas, analizando los resultados de algunas encuestas que generamos especialmente y compartiendo mucha de mi historia personal.
Ayer, jueves 19, terminó la primera edición de este taller. Al principio, al ver las expresiones de las participantes (fueron todas mujeres), le pregunté a Nicole si no sería demasiado fuerte tener que hacer algunos trabajos que hacemos en el taller. En definitiva, al menos en Occidente, estamos entrenados para mirar automáticamente para otro lado cada vez que algo nos da miedo. Pero ella me contestó, con mucha sabiduría: “Enfrentar un miedo es doloroso. Pero el resultado siempre vale la pena”.
En Diciembre, realizaremos el segundo taller “Cómo ser una persona miedosa”. Para más información: