Casi el 20% de las personas con temor a volar reconoce que esto les afecta en sus relaciones ya sea porque se niegan a viajar o porque no se sienten acompañados cuando lo hacen, a pesar del miedo.
Verónica ya lleva una década yendo a terapia. Pero en los últimos meses sólo habla de una cosa: de algo que su marido quiere hacer a toda costa y ella se niega. No se trata de una propuesta indecente o de cambio de estilo de vida, como irse de la capital, donde viven, a una isla en el Delta. Lo que le propone su esposo es llevar a sus dos hijos -de 7 y de 10 años- a Disney, con el bono que le dieron en la empresa. “Tal vez nunca más tengamos la oportunidad”, dice Martín, una y otra y otra vez. Pero para Verónica el tema está cerrado: su miedo a volar le impide siquiera imaginarse caminando por los parques de Orlando.
Según una encuesta realizada en nuestra página de Facebook, el 17% de las personas reconoce que su miedo afecta su vida en pareja. Para comprender más lo que les sucede a nuestros compañeros cuando les hablamos de esto que, como en el caso de Verónica, nos paraliza, entrevistamos a Sebastián Girona, especialista en parejas, quien nos iluminó sobre el tema y nos dio algunos consejos para sentirnos más apoyados.
Miedo a los Aviones: ¿Qué es lo que pasa en el vínculo cuando un impedimento, miedo o fobia impide realizar planes juntos?
Sebastián Girona: Lo que lamentablemente suele ocurrir en un vínculo cuando uno de los dos tiene un problema como éste, es que pasado un tiempo ese miedo provoca enojo en el otro, ese miedo o fobia suele desencadenar peleas y conflictos que por supuesto no ayudan a quien padece el problema. Parecería como que la paciencia del otro se va erosionando lentamente hasta desaparecer. Esto muchas veces sucede por la falta de información y la falta de evolución en el problema.
¿Cuál es la mejor forma de acompañar a una pareja con miedo (a volar)?
La mejor forma de acompañar a una persona que tiene un problema como éste es apoyarlo y comprenderlo. Pero esto es muy difícil si no se cuenta con herramientas que te permitan saber que le pasa al otro. Todas las patologías mentales suelen ser difíciles de entender para quien no las padece porque no salen en los análisis ni aparecen en una radiografía o sea no las podemos ver. Existe una herramienta muy importante para esta clase de problemas que es la psicoeducación. Ésta le brinda información del trastorno a quien lo padece y también sus familiares o pareja. Y no solamente se trata de informar, aunque esto sea muy valioso, sino también se trata de brindar herramientas para afrontar el problema, tanto desde quien lo padece hasta quien acompaña.
¿Qué responderle a una pareja que se ríe de nuestro miedo o no lo toma en serio?
A una pareja que tiene esta actitud frente a este problema hay que contarle que lo que te ocurre te está generando mucho sufrimiento y angustia y que también te está afectando significativamente tu vida, que realmente hay cosas que deseas hacer de corazón y te ves imposibilitado por este problema. También hay que pedirle que trate de ser empático con vos, o sea que se puede imaginar por un segundo como se sentiría él o ella si quisiera hacer algo y no pudiera. En definitiva habría que pedirle que sea sensible con vos.
¿Es contraproducente “cargar” a nuestra pareja con nuestro miedo? ¿Es más conveniente hablarlo en un espacio terapéutico?
Tu pareja te puede acompañar en este problema pero no puede ni debe brindarte la solución. Lo mejor es poder iniciar el tratamiento indicado para el problema que tenés y cuando digo «tratamiento indicado» estoy diciendo que no cualquier terapia va a servir para abordar algo tan específico como esto. En general el mejor abordaje para esta clase de problemas es la terapia cognitiva conductual. Tu pareja puede y debería acompañar en el tratamiento porque también le va a servir a él o ella para poder saber qué hacer en determinadas situaciones.
¿Qué rol juega la culpa en estos escenarios y qué debemos saber para además del miedo, no cargar con la mochila de la culpa?
Un miedo muy profundo o una fobia es un trastorno psicológico que requiere tratamiento, partiendo de esa base es más difícil sentir culpa. Si lo pienso de esta forma, que además es la forma correcta porque es lo que le pasa a una persona que tiene este problema, es más difícil sentir culpa. Sería como sentir culpa porque tengo diabetes.
Sebastián Girona es Psicólogo, especialista en vínculos, pionero de la psicología integradora en Argentina y creador de la teoría “El síndrome de la asimetría” en los vínculos. Próximamente estará en las librerías su primer libro “No te aguanto más”, de Editorial Urano.
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