Junto con su esposa, Cecilia, tienen un blog de viajes y muchas horas de vuelo acumuladas. Sin embargo, nunca habían padecido de los efectos del Jet Lag, un trastorno del sueño que afecta a quienes atraviesan varios husos horarios. En este artículo, una crónica personal de lo que les sucedió luego de un vuelo San Francisco (EE.UU) a Frankfurt (Alemania).
Escribe Pablo Schonhals, creador del blog El Mundo De A Dos
“¿Pablo, estás despierto? No me siento bien, creo que voy a llamar al médico.” Eran las 3 a.m. y así comenzaba nuestro día.
Es probable que alguna vez hayan escuchado el término “Jet Lag” o que les suene de algún lado. Algunos quizá sepan de qué se trata mientras que otros todavía estén pensando “¿Jet qué?”. Pero en lo que seguramente todos coincidamos es que no es un tema al que se le preste mucha atención. Sobre todo si tu atención está puesta en controlar el miedo a volar. Pero como comprobamos en carne propia puede ser algo muy molesto.
En los últimos años tuvimos la suerte de hacer muchos viajes en avión, tanto cortos como largos. Y nunca habíamos tenido complicaciones de salud más allá del cansancio propio del viaje. Esto nos hizo pensar que el famoso Jet Lag era puro cuento o que por lo menos a nosotros no nos afectaba. En resumen, no le dábamos ninguna importancia hasta que nos pasó.

El 30 de abril de este año volamos desde San Francisco, Estados Unidos a Frankfurt, Alemania. Un vuelo de 11 horas de duración en el avión más grande del mundo (A380). Veníamos de hacer un viaje increíble por la costa oeste de Estados Unidos en auto, pero también muy cansador. A esto se le sumaba el detalle crucial: la diferencia horaria entre San Francisco y Frankfurt es de ¡9 horas!
Como les vamos a contar más abajo este es uno de los peores escenarios para el Jet Lag. Además, todo lo que hicimos fue contrario a los consejos para evitarlo. Así que en esta ocasión no hagan lo que hicimos. Pero antes que nada ¿qué es el Jet Lag?
¿Qué es el Jet Lag?
Se conoce como Jet Lag al desajuste que se produce entre el reloj interno de una persona (el que regula el sueño, cuando comer, entre otras funcoines) y el nuevo horario al que llegamos después de cruzar varias zonas horarias. Otros nombres de este fenómeno son: síndrome del cambio rápido de zona horaria, síndrome transoceánico, descompensación horaria, síndrome de los husos horarios o el término médico disritmia circadiana.
Pongamos un ejemplo. Imagínense que son las 12 del mediodía y de repente el tiempo se acelera mágicamente y pasan a ser las 9 de la noche (9 horas de diferencia). Su cuerpo les va a decir que es hora de almorzar y que les queda un largo día por delante. Pero el reloj de la pared les dice que hay que cenar e irse a la cama. Ese es el desequilibrio denominado Jet Lag.
Hay un detalle muy importante a tener en cuenta: el Jet Lag depende del cambio de horario, no de cuánto dura el vuelo. Por tanto aparece sólo cuando viajamos de este a oeste, o viceversa. Si viajamos de norte a sur o al revés no pasa nada, porque nos mantenemos en la misma zona horaria.
Posibles síntomas del Jet Lag
Cabe aclarar que los cuerpos de cada uno son distintos. Por lo tanto la manera en que nos puede afectar es distinta. Algunos factores como la edad, el sexo o el estado físico determinan la intensidad y duración de los síntomas. Algunos muy afortunados no lo sentirán en absoluto.
Según indican, las mujeres, las personas mayores de 50 años y las que viajan con frecuencia cambiando muchos husos horarios son más propensas a sufrir los síntomas del Jet Lag.
Los síntomas más comunes que se mencionan son:
- Fatiga y cansancio general. Es el más común de los síntomas y se debe principalmente a la falta de descanso. La fatiga es tanto física como psicológica con dificultad para concentrarse, confusión o pérdidas de memoria.
- Somnolencia o dificultad para dormir. Estar con el horario cambiado puede hacer que nos desvelemos, nos despertemos a menudo durante la noche o muy temprano a la mañana.
- Problemas digestivos: vómitos y diarreas. Puede ir desde un dolor de estómago hasta diarreas, náuseas o vómitos. Está relacionado principalmente con el cambio repentino de los horarios de alimentación.
- Cambio de estado de ánimo. Irritabilidad, apatía, depresión o enfado son algunos de los cambios de humor que pueden darse en algunas personas. Viene asociado a la falta de sueño y cansancio.
- Apatía. Desgano.
- Confusión en la toma de decisiones o al hablar.
- Dolores de cabeza
La intensidad con la que se presenten estos síntomas dependerá además de la cantidad de husos horarios que crucemos para llegar a otro país. Cuanto mayor sea la diferencia horaria, mayores los efectos. Algunos expertos indican que hace falta como mínimo una diferencia de dos horas para sentir las consecuencias, mientras que otros amplían este periodo a cuatro horas. Esto significa que si viajamos por ejemplo a Brasil, Caribe o Miami desde Argentina no nos afectará. Un viaje a Europa (diferencia de 4 – 5 horas) está en el límite y puede afectarnos levemente.
¿Al este o al oeste?
Además la persona se confunde menos si viaja hacia el oeste, porque un viaje hacia el oeste prolonga la experiencia del reloj biológico y distorsiona menos el ciclo día-noche. Sin embargo, viajar hacia el este supone viajar en el sentido opuesto al reloj biológico. Este último fue el caso de nuestro viaje.

Una regla que se escucha comúnmente es que se necesita un día de recuperación por cada huso horario cruzado. Aunque esto es muy relativo.
Importante: todo este desequilibrio temporal se vuelve principalmente importante en personas que tienen que suministrarse medicamentos según el horario, como la insulina. En estos casos es importante consultar al médico antes del viaje.
¿Cómo nos afectó?
Antes de ir de lleno a los síntomas que tuvimos es importante contarles como fue la previa, ya que como verán después, tiene mucha importancia. Además resaltamos que la diferencia horaria era grande: 9 horas, y que viajábamos hacia el este, que es el peor escenario.
La previa
Veníamos con mucho cansancio acumulado. El viaje por la costa oeste de EEUU fue increíble pero no paramos. Hicimos 3000 km en auto en 10 días y ya veníamos con la batería baja.
El vuelo por fortuna fue muy tranquilo pero a nosotros igual nos cuesta horrores poder dormir. Así que fue poco lo que logramos descansar. Llegamos a Frankfurt a las 11 de la mañana, y hasta que pasamos la aduana, buscamos las valijas, viajamos en tren, terminamos llegando a casa a las 13 hs aproximadamente. Como estábamos muy cansados ¿qué hicimos?, comimos algo rápido y nos fuimos a dormir. Grave error número 1.
Nos despertamos a eso de las 18 hs y como estábamos algo descansados nos pusimos a hacer cosas: desarmar las valijas, editar fotos, etc. Grave error número 2.
En resumen: cansancio + vuelo sin dormir + siesta + trabajar. Y así nos fuimos a dormir. Si es que se puede decir que dormimos.
Una noche complicada
Para las 3 de la mañana Ceci ya se sentía mal y estaba preocupada. Tenía palpitaciones, le transpiraban las manos, le costaba hacer una respiración completa y había tenido nauseas. Y por supuesto ni hablar de pegar un ojo. Como los síntomas nos preocuparon decidimos llamar a la guardia para ver si nos podían mandar un médico. Sin embargo, nos dijeron que esos síntomas no representaban un riesgo de muerte y que por lo tanto no podían mandar a nadie. Que teníamos que ir nosotros.
Así fue que esperamos un poco a ver si los síntomas cedían. Pero al ver que la mejoría era muy lenta a las 6 de la mañana fuimos al hospital. Tras hacerse los chequeos correspondientes el doctor nos informó que estaba todo bien. Que lo que le había pasado a Ceci era una especie de “ataque de pánico”, debido a la combinación de cansancio, estrés y Jet Lag. Que tenía que tomárselo con calma y en una semana se le iría.
La semana siguiente
Como les contábamos más arriba a cada persona le afecta de forma diferente. Ceci tuvo unos síntomas muy fuertes debido a que se le sumaron otros factores. Durante toda la semana siguiente le siguió costando dormir y se agitaba para subir las escaleras o si corría.
Pablo por otro lado tuvo unos síntomas más normales: dificultad para dormir a la noche, cansancio general y fatiga. Como estar medio adormecido una semana entera.
Pero a los dos nos llevó un poco más de una semana para poder recuperarnos del todo.
En el próximo post, ¿cómo minimizar los efectos del Jet Lag?
