Patricia Franco acaba de regresar de Perú. Tomó 4 vuelos y según sus propias palabras: «La experiencia fue muy buena».
«Me queda pendiente aprender a relajarme en el despegue, que todavía me pone muy nerviosa. En todos los vuelos le pedí la mano a la persona que me tocó al lado. No conocía a ninguno, pero esto me ayudó un montón», explicó Patricia, que viajó a Machu Pichu.
En unos de los aviones, tuvo una grata sorpresa: su compañera de asiento era una apasionada de los aviacion y le transmitió mucha seguridad además de compartirle algunos datos muy interesantes (foto).
Y esto es justamente algo que ocurre con mayor frecuencia cuando viajamos solos, ya que tenemos más posibilidades de ponernos a charlar con alguien que no conocemos, que cuando viajamos con familia o amigos y a veces solo nos centramos en hablar del miedo que sentimos.
«Esto es un largo camino. Todavía queda trabajar. Pero el curso fue muy útil», dijo.
Patricia hizo el curso online en Noviembre.