Norma de la Cruz había decidido no viajar en avión. Eran muchas las cosas que temía que pasaran si se animaba. Hasta que un día se armó de valor y quiso aprender a enfrentar el miedo.
“Mi sueño era mucho más grande que mi miedo. Por eso me propuse leer todos los consejos de la página, los testimonios y me subí a un avión rumbo a España, junto con mi hijo y su novia”, contó Norma, que viajó a Europa en una línea aérea low cost.
»Dejé de hacer muchas cosas por mis miedos»
Fueron 14 horas de viaje y asegura que llegó a disfrutar del vuelo. Salvo por el despegue, que es la parte del vuelo que más le cuesta. Pudo comer y hasta dormir.
Para mantener su mente ocupada –y así mantener alejados los pensamientos caóticos- armó rompecabezas, y también conversó todo lo que pudo con sus compañeros de viaje.
Lo que deben saber los que viajan con un aerofóbico
Cuando escuchó el anuncio de que aterrizarían en unos minutos, a Norma se le vinieron a la mente miles de pensamientos y lo único que pudo hacer es largarse a llorar. Pero esta vez no de miedo, sino de pura emoción al darse cuenta todo lo que hizo para lograr que su sueño se hiciera realidad.
A la hora de contar anécdotas del viaje, elige compartir algo que le pasó pero no precisamente en el avión: «En Londres encontramos chinches en la habitación. Eran las 2 de la mañana y nos tuvimos que cambiar de hotel. Por suerte encontramos otro mejor y hasta más económico», relató con humor.
Le preguntamos si tenía pensado algún viaje en el futuro, y nos respondió que esto es solo el principio, ya que tiene pensado conocer el sur de Argentina y Rio de Janeiro. ¡Esperamos fotos de tus próximos viajes!
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