Cintia Ribeiro no conocía el blog ni la cuenta de Instagram. Hasta que una amiga, Florencia Da Cunda, que hace muy poquito viajó sola, le contó cómo había logrado superar sus miedos con algunos de nuestros consejos y testimonios.
Así fue que empezó a leer cada una de las publicaciones, ya que también sufría mucho al viajar en avión. «Siempre elegí sentarme en ventanilla porque me encantaba ver el despegue y aterrizaje. Ver todo desde arriba siempre me gustó mucho. Y eso no me daba miedo, al contrario lo disfrutaba. Pero no sé cómo explicarlo, ya que no me pasaba lo mismo con las turbulencias. Por más mínima que fuera, siempre tenia la sensación de que el avión se iba a caer en cualquier momento», relató Cintia.
De hecho, nos contó que cada vez que había una turbulencia, siempre le apretaba fuerte la mano a su esposo, que muchas veces iba durmiendo y esto hacía que se despertara. «Nunca pude dormir en ningún viaje, escuchaba música fuerte o miraba alguna peli pero no había nada que sacara mi atención de las turbulencias y de la idea fija de que el avión podría caerse», comentó.
Hasta que escuchó las explicaciones del piloto Marcelo Cabano que en el vuelo de bautismo de Mayo 2022 nos explicó por qué ocurren las turbulencias y las comparó con las olas en el mar. También , aplicó el tip de sentarse cerca del ala y otras publicaciones. «¡Acabo de volver de mi viaje tan soñado a Orlando y por primera vez al regresar mi marido me hizo un comentario que me dejó muy feliz: Amor me di cuenta que nunca me agarraste la mano en ninguna turbulencia en ninguno de los 4 vuelos que hicimos tanto de ida como de vuelta».
De los 4 vuelos, el primero fue el más difícil. «Yo mentalizaba la lancha en las olas, pero como no me estaba haciendo mucho efecto me imaginé que estaba en un ómnibus yendo a Rivera donde viven mis padres que queda a 500km de Montevideo, la ruta no es muy buena y siempre el ómnibus se mueve mucho y yo duermo toda la noche igual ya que son casi 7 horas de viaje y no me da miedo».
Con esa imagen en la cabeza, cada vez que hubo una turbulencia se imaginaba que estaba en el bus. Su esposo también colaboró con este proceso, ya que reservó todos los asientos en la fila 21, para estar en la zona del ala.
«Por primera vez en muchos años de viajes de avión pude dormir más de 5 horas seguidas. Fue todo un logro y me sentí muy feliz por eso», reflexionó.
Ya en el último viaje largo de Panamá a Uruguay el piloto avisó que iban a cruzar una zona de turbulencias sobre Colombia y la zona del Amazonas. La idea le «preocupó» un poco pero cuando empezaron las turbulencias, asegura que ni las sintió porque estaba durmiendo.
«No puedo entender cómo lo hice. Sólo se que después de leerlos mucho, mirar sus videos y escuchar la excelente experiencia que tuvo mi amiga Florencia todo eso ayudó a que mi mente se concentrara en todo eso, y así lograr que mi ansiedad y miedo a las turbulencias desapareciera como por arte de magia! Mi experiencia en aviones por primera vez fue algo placentero y relajante como nunca lo fue antes».