«Qué alivio y libertad se siente cuando uno deja los miedos atrás»

Este fin de semana, por primera vez, participé de 2 vuelos de bautismo: el sábado 22 junto a Matías Patiño, de 32 años, que no había viajado nunca en avión y nos preguntó si había posibilidades de acompañarlo y el domingo 23 en un grupo de 10 personas. Los 2 vuelos los hicimos con JetSmart y la intervención de los tripulantes de cabina y el apoyo de los pilotos fue un eslabón esencial para que todos vuelvan a sus casas tachando de la lista la asignatura pendiente de subirse a un avión por primera vez, hacerlo después de muchos años nuevamente o volar mejor. 

Parte I: BUENOS AIRES – POSADAS / POSADAS – BUENOS AIRES

Matías nunca había volado. Era una asignatura pendiente, en especial porque hace unos años se bajó antes del despegue de un vuelo junto a su familia a Cuba. 

Los días previos fuimos conversando, preparando su “plan de vuelo” y siempre estuvo muy bien (casi en un 8 o 9, en una escala del 1 al 10). Hasta que tocó embarcar. «Otra vez me pasa lo mismo. Creo que no voy a poder», susurró Matías. No es al único que le pasa de sentir más ansiedad en el momento en que hay que pasar de la manga al avión. Es un paso que hay que dar, sí. Pero no sólo físico, sino mental, emocional. De algún modo, es dejar atrás el miedo y las ideas que tenemos acerca de volar y embarcarnos (valga la redundancia) a escribir una nueva historia, una nueva forma de vivir un viaje en avión. 

Enseguida, los tripulantes del vuelo WJ3600 -que sabían que Matías volaba por primera vez y que estaba haciendo un esfuerzo enorme para lograrlo- le ofrecieron visitar la cabina. Los pilotos Franco Gambini y Matías Suaya lo invitaron a pasar, le contaron algo del vuelo, de lo seguro que es volar. Lo hicieron con una dedicación, empatía y entusiasmo difíciles de describir.

Después, Juliana, responsable de los tcp de ese vuelo, le preguntó si quería ir a ver dónde estaba su asiento. También fueron clave los tripulantes Andrea, Sol y Sofía, ya que durante todo el viaje le preguntaron a Matías si estaba bien, si necesitaba algo. 

Durante el despegue, hicimos unos ejercicios de respiración diafragmática -que compartimos en el curso- y a los 10 minutos Matías ya empezó a dibujar una sonrisa que no se le borró en todo el tiempo que compartimos. El vuelo transcurrió con tranquilidad, con cielo despejado en casi todo el trayecto y sin turbulencias. Empezamos el descenso y aterrizamos y Matías no podía creer que había logrado volar. 

Bajamos en Posadas, que nos estaba esperando como en los otros vuelos de bautismo María, de Jetsmart, para darnos nuestras tarjetas de embarque para el regreso, contemplamos el avión desde la lindísima terraza del Aeropuerto Internacional General José de San Martín y al rato volvimos a subir al avión en el vuelo WJ3601, ya mucho más relajados. ¿Cuál era la diferencia? Matías ya sabía lo que se siente al volar y…le gustó. Escuchó su playlist, conversó con algunos de los tcp y al rato ya estábamos iniciando la aproximación en el aeropuerto de Ezeiza. Antes de bajar, nos sacamos una foto con todos. ¡¿Cómo no querer llevarse un recuerdo de un día tan especial?!

PARTE II: BUENOS AIRES – CÓRDOBA / CÓRDOBA – BUENOS AIRES

Al día siguiente, nos encontramos en Aeroparque 2 horas y 15 minutos antes del vuelo que nos llevaría a Córdoba y enseguida hubo conexión entre todos. En total eran 8 personas que habían hecho el curso para enfrentar el miedo a volar pero no todos lo habían hecho en la misma fecha, más la psicóloga Lic. Nicole Harf, con quien damos el curso «Afrontamiento del miedo a volar» y quien suscribe. 

Gracias a Aeropuertos Argentina 2000, nos ubicamos en un sector muy tranquilo junto a la puerta de embarque 1, donde pudimos hacer un ejercicio de relajación antes de subir al avión. 

A diferencia del día anterior, esta vez nos quedamos más de 3 horas en el aeropuerto de Córdoba y luego regresamos. Volamos en los vuelos WJ 3266 y regresamos en el WJ 3269. Fueron vuelos con bastantes nubes pero súper tranquilos. Desde que subimos al avión, nos recibieron los tripulantes Marcos, Lucia, Marine y Ana Carolina. Se acercaron varias veces, nos preguntaron si necesitábamos algo, respondieron preguntas de algunos de los participantes y también les dieron ánimo.

Después de aterrizar, como ya es costumbre, iniciamos los aplausos, que siguieron el resto de los pasajeros, y después del anuncio de «Bienvenidos a la ciudad de Córdoba», el piloto invitó a aplaudir “al grupo de Miedo a los Aviones que estaba haciendo su vuelo de bautismo”. 

El regreso se vivió de un modo súper relajado. Ya era de noche y también tuvimos un recibimiento muy cálido de parte de los tripulantes Alejo Vieyra y de los otros tripulantes, Agustina y Camila. Y nuevamente, también recibimos un aplauso al aterrizar, del comandante Guillermo Mendoza y primer oficial Martín Almada. ¿Se puede pedir más para sentirse acompañado en el primer vuelo de tu vida o en el primero después de 42 años, como era el caso de Daniel? Creo que no. 

Así lo vivieron quienes participaron: 

  • Laura Dematteis no había subido jamás a un avión. Principalmente le preocupaba llegar a la escalera, subir y poder entrar al avión…y tolerar la ansiedad cuando cerraran las puertas. «Pensaba que ahí no me puedo bajar, que me iba a sentir atrapada. Sentía miedo a descontrolarme. Pero la experiencia superó mis expectativas. Creo que esto me abre las puertas para viajar y conocer lo que quiera», relató Laura a pocos días de haber hecho el vuelo de bautismo. 

Si bien el avión lo imaginaba más amplio y las ventanillas más grandes, el resto resultó tal como vio en los videos o escuchó en el curso. Se había llevado descargados juegos, libros, pero no necesitó distraerse. Con sus compañeras de asiento se tomaron de las manos «un poco fuerte» (tal como ella describe) y todo fue felicidad. 

  • Romina Salim tampoco había viajado antes. Y si bien reconoce que los días previos -incluso el mismo día- fueron de muchos nervios, se siente muy contenta de haberlo logrado: “No sabía si iba a poder; pero aprendí que las cosas malas que uno imagina que van a pasar en el avión, después no ocurren. De hecho, me animaría a decir que el viaje de vuelta fue pan comida”, reflexionó. 

“Fue muy importante la contención del equipo y de los tripulantes. Hubo dos azafatas que para mí fueron dos ángeles; también un tcp que se llamaba Alejo, me encantaría poder agradecerles alguna vez lo que me ayudaron”, agregó. 

  • María Leticia García ya había volado antes. La última vez fue hace 6 años. Por eso, aunque estuvo muy ansiosa la semana antes y en algún punto hasta intentaba “no pensar” en el vuelo, leyó muchos testimonios de personas que ya hicieron el vuelo de bautismo previamente. 

“La etapa del vuelo que más me preocupaba es el despegue. Pero lo pude pasar cerrando los ojos y agarrando fuerte las manos de mis compañeras”, señaló. “Lo mejor de todo es el día después o el momento después. El sentimiento es tan liberador. Uno se siente más libre cuando va dejando miedos atrás”.

  • Daniel Mellana había volado alguna vez pero hace 42 años. Sin embargo, se preparó y no sintió ansiedad los días previos al vuelo. “La experiencia superó ampliamente mis expectativas. Los tripulantes nos preguntaban constantemente si necesitábamos algo, si estábamos bien. En el regreso, me propuse ver el despegue por la ventanilla y también el aterrizaje. Me dio mucha confianza hacerlo”, describió. 
  • Daniela Villagra hacía 4 años que no viajaba en avión. Y asegura que de todas las herramientas, la respiración consciente la ayudó un montón. “Llegué al domingo con pensamientos terribles, muchísima ansiedad, miedo, dudas. Tenía miedo a descontrolarme, a no poder estar arriba, querer bajarme y a que algo físico me sucediera. Pero nada de eso pasó y por el contrario estuve muy relajada y acompañada. Hasta tomamos mate y pude incluso mirar por la ventana”, relató. 

“Me sentí muy apoyada por la tripulación en todo momento, unos divinos, mucha paciencia y profesionalismo”, agregó Daniela. 

Gracias a todos los tripulantes por hacernos sentir tan bienvenidos en estos vuelos que significan mucho para cada uno de nosotros. 

Leer más:

 

 

Comparte este artículo...Share on facebook
Facebook
Share on google
Google
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
Linkedin

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.