¿La pasión por los aviones será genética? Eso nos preguntamos cada vez que escuchamos historias como la de Mariana Berra, una tripulante que cuando se enteró de este blog y de la comunidad en Facebook, nos escribió para ofrecernos ayuda. En su familia, su hermana vuela desde hace 27 años; ella es tripulante de cabina desde hace 18 y desde hace 5 años, también vuela su hijo, Cristopher, con quien comparte no sólo su amor por los aviones sino también algunos vuelos, cuando le toca hacer una ruta de cabotaje. Habitualmente Mariana hace la ruta Buenos Aires – Miami.
Nombre: Mariana Berra
Cargo: Tripulante de cabina de Latam Argentina
A Mariana siempre le gustó el mundo de la aviación. De chica se pasaba horas y horas en el Aeroparque viendo como salían y llegaban los aviones.
«Desde un principio la sensación me encanta, la fuerza de las turbinas en el despegue, mirar por la ventana el cielo estrellado, las formas caprichosas de las nubes y pasarlas por el medio, ver las luces de la ciudad brillando’’, enumeró la tripulante.
Los viajes siempre estuvieron en sus sueños. Después de terminar el colegio secundario, estudió unos años Turismo. Cuando su hijo mayor ya tenía 9 años, tomó la decisión de hacer el curso de azafata. «Agradezco todos los días por haber tenido esta oportunidad. Es una bendición lograr trabajar de lo que a uno le gusta’’, manifestó Mariana.
Al hablar del miedo a volar, ella quiso compartir una anécdota que ocurrió hace poco. Era el momento del embarque cuando observó a un matrimonio subir al avión con su hija. La nena estaba muy nerviosa. Mariana se le acercó y le preguntó si necesitaba algo. Enseguida le comentó que tenia mucho miedo de volar. Mariana le pidió permiso a sus padres, la tomó de la mano y la llevó a recorrer el avión. Le presentó a cada integrante de la tripulación y le explicó para qué funciona cada cosa. La nena quedó asombrada. Cuando volvió a su asiento enseguida le contó todo a sus padres y, al rato, ya estaba viendo películas hasta que se quedó dormida. «Fue una experiencia muy gratificante», recordó.
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Además de Cristopher, Mariana es mamá de Gael, de 11 años. Es inevitable preguntarle cómo hizo para organizarse. «Con mi primer hijo recibí mucha ayuda de mi mamá y de mi suegra. Además, mi marido trabaja en forma independiente, por lo que tiene más flexibilidad de horarios. Con mi segundo hijo, me ayudaron mucho mis padres. El apoyo y la colaboración de la familia entera es fundamental y yo tuve y tengo mucha ayuda, siempre».
Al preguntarle qué consejo le daría a las personas que tienen temor a volar, Mariana sugirió comunicárselo a los tripulantes. «La mayoría de las personas tienen cierto temor y nerviosismo cuando tiene que volar, sucede más de lo que a uno le parece, no deben sentirse mal por experimentar esto. Mi consejo es que se lo transmitan a la tripulación, ya que de esa manera podemos encontrarle la vuelta para que se relajen y disfruten del vuelo.Anímense a volar, yo los voy a estar esperando», invitó Mariana Berra.
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