No hay que esforzarse mucho para darse cuenta que Miguel Ledezma, de 41 años, ama a su familia. Por eso tal vez le afectó tanto cuando dos años atrás se sintió obligado a cancelar un viaje para todos a Las Vegas: no estaba enfermo ni tenía una urgencia laboral, simplemente sentía que su miedo a volar era demasiado grande para poder subirse al avión que los llevara a la ciudad más grande del estado de Nevada, EE.UU.
Pero esta vez la historia iba a ser diferente. Miguel se puso a buscar información en Internet para animarse a volar. Así fue que nos encontró y se anotó en el curso que dimos un día antes de su viaje a Los Cabos, Baja California, México, desde Guadalajara, junto a su esposa y sus tres niños de 11, 6 años y 6 meses.
Miedo a los Aviones: ¿Cómo fueron los días previos al vuelo?
Miguel Ledezma: Tuve un poco de nervios y ganas de que ya fuera el día del vuelo.
En cuanto a los pensamientos, la mayoría eran positivos; sinceramente tuve pocos pensamientos negativos. Recuerdo que una noche, faltando tres días para el vuelo, me desperté pensando en el miedo a volar. Pero en general fueron nervios controlables. Al regreso, en cambio, sentí ansiedad en la sala de espera.
M.A.A.: ¿Les dijiste a las azafatas que tenías miedo?
M.L.: No.
M.A.A.: ¿Pudiste comer o dormir en el avión?
M.L.: Comí antes de subirme al avión, tanto a la ida como en el regreso. Dormir sólo intenté hacerlo en el vuelo de regreso.
M.A.A.: ¿Podrías contarnos todo lo que hiciste para enfrentar tu miedo a volar?
M.L.: Vi videos de vuelos, una videoconferencia de un piloto, tuve sesiones con un psicólogo y por último, un día antes de volar, hice el curso para perder el miedo a volar con ustedes.
M.A.A.: ¿Cómo fue el momento del despegue?
M.L.: Sólo sentí una sensación en el estómago y en la cabeza; como un mareo, pero muy breve. A la vuelta, en cambio, apenas sentí esa sensación en el estómago.
M.A.A.: ¿Qué es lo que más te ayudó durante el vuelo?
Escuchar música mexicana de Ángela Aguilar y de Alejandro Fernández.
M.A.A.: ¿Si tuvieras que elegir un momento del viaje, cuál te resultó más difícil?
Antes, hubiera dicho el despegue; pero puedo decir que ya no me da miedo. De hecho disfruté el ir dentro del avión. En el lugar donde sentí más ansiedad fue en la sala de espera.
Éste video nos envió Miguel apenas aterrizó
M.A.A.: ¿Cómo fue el regreso?
M.L.: El día anterior empecé a pensar….otra vez tengo que volar.
M.A.A.: ¿Pensás volver a volar?
M.L.: Si
M.A.A.: ¿Algún lugar que sueñas conocer?
M.L.: Cancún, México.
Tuvimos varios intercambios con Miguel apenas regresó a su ciudad. Entre las cosas que comentamos, le dije que me parecía un excelente ejemplo para sus hijos demostrarles que no está mal tener miedo, pero que siempre podemos buscar ayuda e intentar enfrentarlo.
Miguel me contó que a su hija le dio un poco de miedo el mar y él le enseñó las técnicas de relajación que compartimos en el curso.
Mira el video que filmó Miguel en el vuelo de regreso
Nunca me ha dado miedo el despegue, siendo como es la maniobra de mayor riesgo. Eso es lo que tienen las fobias, que son irracionales. A mí lo que me da mucho miedo es el aterrizaje, sobre todo si hay mal tiempo.
Exacto! Son irracionales. A diferencia del despegue, que son pocos segundos, el aterrizaje es más difícil ya que es mucho más largo. Igual, siempre es bueno recordar que si las condiciones metereológicas no son buenas, el avión seguramente será desviado a otro aeropuerto. También, que hay aeropuertos, aviones y tripulaciones que están preparadas para aterrizar con poca visibilidad.