En mi anterior artículo enumeré las 5 razones por las que hoy sería muy poco probable que ocurra una tragedia como la de los Andes.
Enseguida aparecieron algunos lectores a comentar que…como posible, todo es posible, ya que el riesgo 0 no existe.
Es innegable reconocer que desde que se estrenó la película del director español J.A. Bayona, “𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐜𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐢𝐞𝐯𝐞”, en reuniones sociales, en los medios y en las redes sociales, se sigue hablando de este accidente ocurrido en la cordillera de los Andes en el que una aeronave de la fuerza aérea uruguaya, un Fairchild FH-227 se estrelló contra las montañas.
Y ahora tú estarás preguntándote… “¿𝐂ó𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐚𝐭𝐫𝐞𝐯𝐞𝐬 𝐚 𝐚𝐟𝐢𝐫𝐦𝐚𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐧𝐨 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐢ó 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐝𝐢𝐥𝐥𝐞𝐫𝐚?”
Es obvio que el impacto del avión ocurrió en la cordillera andina pero a lo que me refiero es que todo comenzó mucho antes de ese momento.
Así se vivió la previa al trágico vuelo, según relata Pablo Vierci, escritor, periodista y guionista uruguayo, en su libro “La sociedad de la nieve”, en el que se basó la película de Netflix que lleva el mismo nombre.
“Cuando estaban llegando a Mendoza, en las estribaciones de la cordillera argentina, se asomó por la cabina de los pilotos el auxiliar de vuelo, Ovidio Joaquín Ramírez, para informar a los pasajeros que debían hacer una parada técnica.
Tras aterrizar les dieron una noticia que cayó como un balde de agua fría: las condiciones meteorológicas impedían atravesar la cordillera, por lo que permanecerían esa noche en Mendoza, perdiendo uno de los cuatro días de viaje.
A la mañana siguiente, las condiciones en los Andes continuaban inestables. Los pilotos sabían que cruzar la cordillera por la tarde era más riesgoso, cuando el aire caliente de los llanos argentinos choca con el aire frío de la montaña provocando fuertes turbulencias. Y porque además, a esa hora, se levantan los vientos huracanados que provienen del océano Pacífico.
Hubo varios hechos que precipitaron la decisión (de continuar con el vuelo rumbo a Santiago de Chile). Como se trataba de un avión militar, no podían permanecer en un aeropuerto extranjero más de veinticuatro horas, por lo que si no les daban el alta meteorológica antes del mediodía, debían regresar a Montevideo.
Poco antes de vencer el plazo, aterrizó un avión DC-3 destartalado, que perdía aceite por los motores, ensuciando la pista. Cuando bajó su piloto, un hombre de más de cincuenta años, con un overol marrón manchado, Gustavo Zerbino le gritó desde la terraza del aeropuerto: «¿Cómo está el paso?». «Perfecto», respondió el piloto desde la pista.
Entonces, Gustavo Zerbino, Roberto Canessa y otros de los más jóvenes comenzaron a bromear con los pilotos uruguayos, tildándolos de timoratos, porque ese viejo loco de overol manchado cruzó como si nada y ellos, con toda la tecnología del mundo, no se atrevían.La broma y un amago de silbatina fastidiaron a los militares.Después de unas últimas consultas, anunciaron a Marcelo y a Daniel Fernández que partirían rumbo a Chile.”
¿Qué te ha parecido? ¿𝐐𝐮é 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐱𝐭𝐫𝐚𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞 fragmento?
En aviación se llama “𝐅𝐚𝐜𝐭𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐇𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨𝐬” y en este suceso se pone de manifiesto uno de los “𝐃𝐢𝐫𝐭𝐲 𝐃𝐨𝐳𝐞𝐧” que componen esta materia de estudio. Estos no son más que 𝐥𝐨𝐬 𝟏𝟐 𝐟𝐚𝐜𝐭𝐨𝐫𝐞𝐬, 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫𝐞𝐬, 𝐨 𝐦𝐚𝐥𝐨𝐬 𝐡á𝐛𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐧 𝐬𝐢𝐝𝐨 𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐢𝐛𝐮𝐲𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 e incidentes y que pueden ser cometidos por las personas por el simple hecho de ser personas.
En concreto, se ve reflejado el factor de la presión a la cual los pilotos de la aeronave se vieron sometidos para llegar a tomar una decisión que bajo otras circunstancias quizás no la hubieran tomado.
¿Quiere decir esto que son los chicos los culpables de haber forzado a la tripulación a aceptar cruzar la cordillera con las condiciones no favorables que estaban dándose? En absoluto, ya que los pilotos son quienes se deberían haber “mantenido en sus trece” de que no era viable el paso.
Entonces… ¿Estaríamos hoy hablando de este accidente si no hubieran sucumbido?
Como siempre 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐨𝐜𝐮𝐫𝐫𝐞𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐮𝐧 𝐜ú𝐦𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐢𝐫𝐜𝐮𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 que se alinean:
- El no poder permanecer en Mendoza más de un día
- La presión del grupoLa situación meteorológica
- El error de interpretación de los instrumentos
- La falta de comunicación con el control aéreo
- El exceso de confianza de los pilotos
La unión de todos ellos desencadenó en el fatal accidente.
Por ello a día de hoy el estudio de los Factores Humanos en aviación es foco en todas las organizaciones para predicar con su importancia, formando a todo el personal y así fortaleciendo 𝐥𝐚 𝐜𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝. Esto ayuda a identificar y mitigar los riesgos asociados con los errores humanos.
La OACI lo define así: “Los Factores Humanos se refieren a las personas en sus situaciones de vida y trabajo, a su relación con la máquinas, con los procedimientos y con los ambientes que les rodean y se refieren también a sus relaciones con los demás”.
Haciendo referencia a mi artículo anterior, ¿podría repetirse un accidente similar?
Las compañías aéreas dedican una gran parte de sus esfuerzos económicos y humanos a los Factores Humanos, para detectar posibles fallas mucho antes de que ocurra un incidente.
Sobre Javier Ruiz-Calderón
Estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad de Sevilla. Realizó el proyecto final de carrera en Alemania en la Universidad de Braunschweig. Hizo sus prácticas en Airbus, luego trabajó en Chile como ingeniero de motores en LAN. Y unos años más después, ascendió a Jefe de Control de Calidad del Centro de Mantenimiento y luego como subgerente de producción. En 2019, regresó a España y trabajó en Iberia como Manager de planificación del MRO, donde realizaban más de 300 checks anuales.
Más información sobre el libro «Píldoras Aeronáuticas para curar el miedo a volar» https://avolarsinmiedo.com/producto/pildoras-aeronauticas-para-enfrentar-el-miedo-a-volar/