Llegar al aeropuerto y tener que hacer una larga fila para el check in o para despachar equipaje, el sonido fuerte del despegue y la imposibilidad de poder levantarse por largos ratos del asiento hacen que muchas familias con chicos con TEA (trastorno del espectro autista) opten por hacer viajes en auto o en otro medio de transporte.
De hecho, es muy frecuente que los padres de estos niños tengan miedo a volar: no tanto por lo que pueda ocurrirle al avión o por las turbulencias sino por temor a cómo pueden comportarse sus hijos arriba del avión.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 160 niños tienen algún desorden del espectro autista. No todos tienen las mismas características: algunos niños han podido desarrollar más habilidades sociales que otros.
“En todo el mundo, las personas con TEA son con frecuencia estigmatizadas y discriminadas”, asegura en su sitio la OMS.
La línea aérea Alaska Air implementó, junto a Horizon Air y el Aeropuerto de Portland una experiencia en la que participaron 300 personas para ir “practicando” cómo es viajar en avión. Para ello, organizaron eventos en los que las personas llegan al aeropuerto, obtienen su boarding pass, pasan los controles de seguridad y luego suben al avión. Luego, la aeronave se mueve por el la pista para simular un vuelo, sin despegar del suelo.

Primera visita a simulador de niños con TEA
Junto a Paula Smolar, mamá de Meli, que tiene TEA, y Pablo Kornzaft, de Desde el Patio, que cubre todas las noticias referentes al mundo aeronáutico, organizamos el 7 de marzo una visita al simulador de vuelo GEOSIM, en Castelar. Contamos con la participación de pilotos, como Diego Procicchiani y Gustavo Aracama, entre otros.
La jornada estuvo dividida en dos partes: en la primera, los pilotos explicaron las fases del vuelo y describieron los ruidos y las luces más comunes; en la segunda parte, los chicos entraron con sus padres al simulador y pudieron disfrutar de un despegue, vuelo y aterrizaje.
También, participó Aeropuertos Argentina 2000 que entregó a cada familia un kit especialmente creado para niños con TEA con stickers, tapones para los oídos, pelota para el estrés, entre otros.
Volar por primera vez
“El primer vuelo de Meli fue cuando tenía 4 años aproximadamente. Fuimos a la isla Martín García en un Cesna, después de mucho tiempo de ver aviones a través de la reja de Aeroparque, por primera vez iba a volar de verdad”, relató Paula Smolar.
“La carita de felicidad fue indescriptible, todo era sonrisas y aplausos. Ese día también fue el primer vuelo de mi otra hija, Sofía, quien hoy 13 años después, es tripulante de cabina de pasajeros (TCP), recién graduada. Me resulta hermoso haberle transmitido a mis hijas en los genes mi pasión y la de su papá por los aviones; que para Meli se haya convertido en un nexo de conexión con el mundo y para Sofy, una herramienta de trabajo”, agregó.
“Sabemos que pronto vamos a volver a la reja a hacer lo que más nos gusta: mirar despegar y aterrizar aviones”, dice Paula.
Tips para familias de niños con TEA
La Lic. Verónica Frêre, terapeuta ocupacional, recomienda conversar con los chicos sobre el viaje y contarles los planes. También, sugiere explicarles o incluso hacerles una historia visual de cada paso. “La mirada de la gente en el aeropuerto, en el avión, puede provocar mucha incomodidad. Por eso es importante estar preparados para poder reaccionar y poder acompañar a sus hijos lo mejor posible”, explicó la terapeuta.
Como pasa con cada viaje, es muy frecuente que se hable del tema en cada casa. Los niños escuchan, por lo que es importante contarles a ellos también adónde van a viajar, adónde van a ir, qué van a hacer, cuántos días faltan.
“Con algunas familias usamos un calendario o agenda visual, también se sugiere preparar las valijas juntos y sobre todo, que puedan llevar juguetes o elementos significativos para ellos, que sean de su interés y que los motiven”, recomendó la Lic. Verónica Frêre.
“Siempre digo que hay que anticiparse. Los niños necesitan siempre la anticipación. Necesitan saber qué van a hacer y qué va a pasar. Esto automáticamente en la medida que uno se los explica tiene un efecto aliviador: primero porque se los estamos contando, los niños son partícipes, pero por otro lado nos lo estamos diciendo a nosotros mismos”, señaló la terapeuta.
Entre los temas que deberían conversarse se pueden incluir:
- Cómo van a ir al aeropuerto: si los va a llevar un familiar o si van a ir en un taxi/remís
- Al llegar al aeropuerto, van a estacionar el auto y qué va a llevar cada uno
- Luego, se acercarán al mostrador del check in y despacharán las valijas
- Ahí subirán por una escalera (si es el caso) y pasarán por controles de seguridad: si es posible mostrar fotos o videos
- Pasarán por control de migración y le sacarán una foto y pedirán huellas digitales (si es el caso)
- Llegarán a una sala de pre-embarque, donde habrá otra gente.
- Ingresarán por una manga o por escalera desde la pista al avión
- Cada uno tendrá asignado un asiento y deberán ponerse el cinturón de seguridad
- Se escuchará al piloto o comisario de abordo en varias oportunidades
- El avión empezará un carreteo y luego despegará
- Puede ser que en el ascenso molesten los oídos, para eso se puede llevar chicles o caramelos
- Unos 20 minutos antes de llegar al destino, el avión puede empezar su descenso. Nuevamente pueden molestar los oídos
- El avión aterrizará pero recién cuando lo anuncie el piloto o el comisario de abordo se podrá levantar del asiento
- Todos descendarán del avión y nuevamente tendrán que pasar por control migratorio (si es un vuelo internacional)
- Irán a buscar la valija a una cinta, donde estarán todos los pasajeros retirando sus valijas también
- Del aeropuerto irán en taxi/tren/bus o alguien que los vaya a buscar al lugar donde se hospedarán.
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