El vuelo de Latam LA4134 de Buenos Aires a Salta estaba a punto de aterrizar cuando Sebastián Serret Rapacholi, jefe de cabina de Latam, se enteró que era el cumpleaños de una de las pasajeras. “Faltaban 10 segundos para tocar la pista, en Salta, y la hija, que estaba en la primera fila, se asomó para decirnos que su madre cumplía 85 años”, nos contó Sebastián, que vuela hace 12 años en esta línea aérea y es uno de los tripulantes favoritos de varios pasajeros frecuentes que hacen la ruta en la que él vuela, según nos contaron varias personas que viajan seguido.
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Unos segundos después del aterrizaje, Sebastián tomó el micrófono para realizar el anuncio de bienvenida a destino. Pero agregó algo más: “Les pido si no les es molestia un muy fuerte aplauso para la Señora María Gutiérrez, pasajera del asiento 1C, quien hoy cumple 85 años”.
Al momento, la gente empezó a aplaudir. Entonces la tripulación de Latam le empezó a cantar el feliz cumpleaños por micrófono. “Nos sorprendió porque todos los pasajeros se sumaron y terminamos todos cantando juntos”.
4 preguntas que nos quitan el sueño a la hora de volar
Cuando se detuvo el avión, y mientras esperaban la apertura de puertas, Sebastián y su compañera, Yanina Rodríguez, se acercaron a saludarla. Atrás siguieron uno a uno todos los pasajeros que pasaban junto a ella, antes de desembarcar a decirle: «Feliz cumpleaños, María».
El miedo a volar según la ciencia
Fue en ese momento, mientras María seguía saludando a todos ya en su silla de ruedas, que la hija les contó que era su primer vuelo en avión. Entonces, le entregaron el certificado de primer vuelo que otorga Latam, donde consta su nombre, con quiénes viajó, de dónde a dónde y el nombre del jefe de cabina.
Inmediatamente, le hicimos la pregunta del millón al jefe de cabina: ¿Y tuvo miedo, María? «Creemos que no, viajó muy tranquila durante todo el vuelo y eso que fue un día de tormenta».
“No hay día en que no me sienta realizado al poder dar ese granito de arena extra para que un pasajero tenga una experiencia excepcional. Los que hacemos esto, amamos esta profesión, lo llevamos en la sangre, y el poder ayudar a las personas –sea lo que fuere que necesitan- nos llena de orgullo y felicidad”, expresó Sebastián Serret Rapacholi.
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Esta historia llegó a nosotros por esas casualidades de la vida. Judith, amiga e integrante de la comunidad de Miedo a los Aviones en Facebook, nos etiquetó en la publicación de Sebastián, a quien después le pedimos si nos contaba más detalles y le pedimos autorización para publicarlo. Estamos convencidos de que hay más historias como ésta. Si alguna vez viviste algo parecido o tenés ganas de compartir alguna anécdota, escribinos a info@miedoalosaviones.com