Una encuesta realizada a la comunidad de personas que tienen miedo a volar reveló que apenas el 12% de las personas que tienen miedo a volar no viajaron nunca en avión.
La encuesta, que fue realizada a través de Facebook, contó con 376 participantes. El objetivo fue identificar del total de seguidores, que suman más de 8000, cuántos aún no viajaron nunca en avión, cuántos viajaron pocas veces y cuántos lo hacen con frecuencia, aún a pesar del miedo.
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Los resultados resultaron sorprendentes ya que las personas que todavía no pudieron o no se animaron a volar resultaron ser el grupo más pequeño (12%), mientras que el grupo más grande se compone de personas que viajaron más de 15 veces.
- El 31,4% contestó que viajó más de 16 veces;
- el 27% viajó de 1 a 5 veces;
- el 19% entre 6 a 10 veces;
- 12% no viajaron nunca;
- 11% entre 11 a 15 veces.
Inevitablemente, surge la duda acerca del principio muy difundido que indica que “cuanto más vuela una persona, menos miedo va a tener”. Según explicó el Lic. Modesto Alonso, especialista en Psicología Aeronáutica y Factores Humanos en Aviación (EAAP), docente en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (INMAE), a Miedo a los Aviones “no podemos establecer una proporcionalidad entre la cantidad de vuelos y el temor o no a volar.
El temor a volar no deja de ser una creación personal y, a veces, es un aprendizaje. Por ejemplo, hay gente que viajó muchas veces y por distintos motivos tuvo angustias, ya sea por empezar a temer el vuelo o porque el vuelo quedó asociado a situaciones personales angustiosas, como una enfermedad familiar o problemas de trabajo, y entonces cada experiencia de vuelo con angustia fue reforzando el temor al vuelo en sí mismo. Y al revés, las sucesivas experiencias de vuelos exitosos han contribuido a que mucha gente perdiera el miedo”, agregó.
El miedo no siempre es el mismo
No obstante, no todos las personas que expresan tener miedo a volar lo sufren con la misma intensidad: “Cuando hablamos de miedo al vuelo nos referimos a la sintomática específica que se relaciona a más de una sintomatología de un trastorno de ansiedad, con algunos indicadores de fobia, sin llegar a algo tan extremo. Normalmente, la gente puede sentir estos síntomas con mayor o menor intensidad”, señaló Alonso.
El temor a la primera vez
De los 376 participantes de la encuesta, 45 revelaron no haber viajado nunca en avión. “La vulnerabilidad humana nos lleva a necesitar certidumbre y control. Lo desconocido puede fascinar o aterrar, depende de muchos factores personales y del asunto en cuestión. Como no nacimos diseñados para volar, es algo extraño e incomprensible para quien no tuvo la experiencia.
Eso puede dar curiosidad y ganas, o alejar y angustiar, comentó Nicolás Machín, Lic. En Psicología, Psicoterapeuta cognitivo-conductual, especialista en EAAP e investigador de Psicología Aeronáutica en el INMAE. ”Hay gente que consulta por su temor a volar, pero si éste se les va en cuanto comprenden por qué vuela un avión y cómo funciona el sistema aeronáutico, entonces no se trataba de una fobia, sólo era desconocimiento. Lo desconocido genera una reacción emocional distinta en cada sujeto, que normalmente apela a sus recursos psicológicos para enfrentar a lo que la provoca, esto puede producir una percepción de riesgo inadecuada frente a una situación que no plantea riesgo alguno”.
Tanto el Lic. Modesto Alonso como el Lic. Nicolás Machín son pilotos privados.