El éxito de la película española «La sociedad de la nieve», dirigida por Juan Antonio Bayona, estrenada por Netflix hace unos días, lleva a muchas personas a hacerse una y otra vez la misma pregunta: «Pero, ¿esto podría volver a pasar?»
Basada en el accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya en la cordillera de los Andes, en 1972, la película narra las pequeñas historias que se fueron tejiendo entre los sobrevivientes del trágico accidente, que tuvieron que lidiar durante 72 días en condiciones extremas, fueron dados por perdidos y finalmente dos de ellos consiguieron llegar a pie hasta Chile para pedir auxilio y conseguir que rescataran a sus 14 compañeros.
Hay que destacar que la aviación ha evolucionado mucho técnicamente desde sus inicios hace algo más de 100 años, y que los aviones de los años 70s en nada se parecen a los que hoy en día surcan los cielos.
Cada accidente además ayuda a hacer la aviación un medio de transporte más seguro, creando barreras y procedimientos para evitar que vuelva a ocurrir.
Según IATA, en los últimos 10 años, la industria aérea tuvo una mejora del 48% en la tasa de accidentes, pasando a 1.21 accidentes por millón, en contraposición con la tasa de 2.31 en 2013, cuando hubo 11 accidentes fatales con 173 víctimas fatales.
Pero… ¿Qué medios existen hoy que ayuden a evitar un accidente como la Tragedia de los Andes?
Te voy a dar 5 razones por la cual el accidente de la película “La comunidad de la nieve” es irrepetible.
- Avances en la tecnología aeronáutica: las aeronaves modernas integran equipos tales como el GPWS “Sistema de Alerta de Proximidad al Terreno”, Navegación con posicionamiento GPS, equipo de localización de emergencias “ELT”. Comunicaciones vía satélite SATCOM, radares meteorológicos y de terreno “WXR”, control y seguimiento de las aeronaves mediante radar e infinidad de equipos electrónicos de última generación.
- Entrenamiento del personal de vuelo: el entrenamiento recurrente de pilotos y tripulaciones hacen que puedan enfrentarse de mejor manera a situaciones de emergencia y resolverlas de manera eficaz.
- Protocolos de seguridad mejorados: los estándares de seguridad de las aerolíneas han sido elevados al máximo nivel, regulado por las autoridades aeronáuticas quienes velan por su cumplimiento. Seguro hoy día, este avión no habría sido autorizado a despegar de Mendoza.
- Comunicación mejorada: La mejora en las comunicaciones entre aeronaves y centros de control de tráfico aéreo ha hecho que el control de las aeronaves sea más seguro, resolviendo problemas presentados en vuelo y ayudando a la toma de decisiones.
- Mejoras en la gestión de emergencias: el entrenamiento constante de aerolíneas y equipos de emergencia mediante simulacros y capacitaciones ha hecho que puedan responder a situaciones de crisis de manera más rápida y eficiente.
Son tan solo 5 puntos en los que la aviación ha dado un gran salto cuántico en estos últimos años y sobre los cuales seguirán implementando mejoras que eviten cualquier tipo de incidente que pueda llevar consigo la pérdida de vidas.
Pero… ¿Qué ocurrió realmente para llevar a esta aeronave a perderse en los Andes y accidentarse?
1. Los pilotos estaban siendo guiados siguiendo un dispositivo de navegación electrónica llamado ADF “Automatic Direction Finder”. Esto no es más que una especie de “brújula” donde su aguja indica la dirección a volar hacia una estación terrestre que emite una señal. Hablando en corto, un “aerofaro”.
2. Justo cuando se sobrevuela la estación terrestre, esta aguja realiza movimientos erráticos para una vez sobrepasada cambiar a la dirección opuesta indicando de nuevo la dirección hacia ella.
3. Surge un problema y es que las señales radioeléctricas pueden verse distorsionadas por un efecto denominado “Efecto montaña” y por las condiciones climatológicas, haciendo que la aguja de este instrumento de indicaciones erráticas
4. Lo anterior confundió a la tripulación que en mitad de los Andes, desorientado por la tormenta y con indicaciones erróneas interpretó que estaban sobrevolando la estación de Curicó y realizó un viraje al norte en busca del aeropuerto de Santiago, comenzando el descenso.
5. Esto unido al bajo techo de nubes, hizo que la aeronave descendiera chocando contra la cordillera con el final que ya conocemos.
Los equipos rudimentarios y analógicos con los que contaba la aviación en sus inicios, unido a la falta de procedimientos maduros y capas de seguridad, hizo que se diera “la tormenta perfecta”, nunca mejor dicho, para desencadenar este fatal accidente.
Sobre Javier Ruiz-Calderón
Estudió ingeniería aeronáutica en la Universidad de Sevilla. Realizó el proyecto final de carrera en Alemania en la Universidad de Braunschweig. Hizo sus prácticas en Airbus, luego trabajó en Chile como ingeniero de motores en LAN. Y unos años más después, ascendió a Jefe de Control de Calidad del Centro de Mantenimiento y luego como subgerente de producción. En 2019, regresó a España y trabajó en Iberia como Manager de planificación del MRO, donde realizaban más de 300 checks anuales.
El libro «Píldoras Aeronáuticas para curar el miedo a volar» está disponible en Amazon (en papel y versión kindle). Más información: https://amzn.eu/d/8PbkLgl
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