Quién alguna vez no escuchó el consejo de algún conocido sugiriendo “tomarse un whisky” al subir al avión para aliviar la ansiedad o aplacar el miedo. Sin embargo, hacerlo podría tener un efecto inesperado especialmente en las personas que tomaron alguna medicación para calmar la ansiedad o en quienes no están acostumbrados a tomar bebidas alcohólicas.
Según una encuesta realizada a través las redes sociales, el 22% de las personas toman cerveza o vino cuando viajan en avión, mientras que el 76% opta por beber agua, gaseosa o jugo, y el 2% prefiere no tomar nada.
El efecto del alcohol a 10.000 metros de altura no es el mismo que estando en un bar o en una cena con amigos. Durante el vuelo, la presión en la cabina es similar a estar en una montaña a 1900 o 2200 metros de altura.
Una de las consecuencias de beber alcohol en un avión podría ser la deshidratación. Así lo explica Didi Aaftink, especialista en medicina de la aviación, en el blog de KLM: “El aire es muy seco en un avión y si se le suma el efecto diurético que tiene el alcohol, la persona puede deshidratarse más rápido que si estuviera en tierra. Por eso para combatir la deshidratación es importante tomar agua cada vez que se toma algo de alcohol. Además, reducir la ingesta de comida salada, ya que dará más sed y llevará a beber aún más”.
Beber para olvidar…que uno está en un avión
Además de los pasajeros –frecuentes o no- que optan por acompañar su almuerzo o cena con una bebida alcohólica están las personas que tienen temor al vuelo y desean con todas sus ansias aliviar el nerviosismo o incluso conciliar el sueño. “El uso del alcohol como ansiolítico es una suerte de abuso. Las personas perciben el efecto depresor del sensorio y eso alivia la tensión. Pero si hay un síntoma de ansiedad, éste debería ser tratado en el marco de un tratamiento con un elemento específico para ello y bajo supervisión médica”, explicó la Dra. Verónica Mora Dubuc, médica psiquiatra, Presidente del Capitulo de Psiquiatria y Ley de APSA (Asociación de Psiquiatras Argentinos) y Presidente Honoraria del Capítulo de Drogodependencia y Alcoholismo de APSA.
Y agregó: “El alcohol es una sustancia psicoactiva depresiva del sistema nervioso central y, como tal, tiene efectos tóxicos. Desde la desinhibición o borrachera, hasta el sopor y el coma. Tomar como nuestra cultura propone de forma recreativa, social, controladamente y asociándose a las comidas debería no causar problemas. Pero siempre hay riesgos y deben ser tenidos en cuenta”, agregó Dubuc.
Si al alcohol se le suma haber tomado algún medicamento ansiolítico, los efectos de ambos depresores del sistema nervioso se potencian. Por eso se recomienda no consumir ambos al mismo tiempo.
Algunos tips para tener en cuenta para el próximo vuelo:
- Si se consume alcohol en un vuelo , hacerlo de forma moderada y asociado a las comidas
- No asociarlo con otros sedantes o ansioliticos
- Si volar despierta ansiedad , consultar al profesional para saber cómo interpretar el síntoma y cómo manejarlo durante el vuelo
- No minimizar el sentimiento, y compartirlo con otros. Hablarlo puede ayudar a mejorar el síntoma
- Entrenarse en diversas formas de relajación y no poner toda la expectativa solo en una medicación
Algo importante para tener en cuenta: los pasajeros que tengan comportamientos no convencionales debido al alcohol podrán ser considerados disruptivos e incluso ser obligados a no continuar en el caso de los pasajeros que hacen escalas si el comandante así lo decide.
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Foto: KLM