Sebastián Serret Rapachioli siente pasión por el mundo de la aviación. Aunque sabe que volar puede producir ansiedad o miedo, anima a todos a hacerlo. «La tripulación está allá arriba para ayuudarlos», asegura.
«Conocí a Sebastián en uno de esos viajes donde el camino está poceado. Hasta nos dimos el lujo de abortar el aterrizaje 2 veces y bajar, finalmente, a 500 km de nuestro destino.
¡Desde aquel día, busco a mi amigo Sebas cada vez que me subo a un avión!. Y si lo encuentro… me siento segura. El miedo a los aviones no tiene lugar si estás en el cielo con él!», comentó Judith Iconicoff, una viajera frecuente.
Nombre: Sebastian Serret Rapacholi
Cargo: Jefe de Cabina, LATAM
¿Desde cuándo empezaste a interesarte por los aviones?
Desde chico le apasionaron los aviones y aunque nadie en su familia trabajaba en aviación, recuerda muy bien las charlas con su abuelo, a quien también le fascinaban los aviones. “Recuerdo que mi abuelo tenía unos binoculares y que los usábamos cuando pasaba un avión por su casa para verlo más de cerca”.
Al hablar de la pasión por los aviones, Sebastián incluye a todas las personas que trabajan en distintos sectores: “Sea cual sea el trabajo de cada uno, desde el piloto o el tripulante, los despachantes o mecánicos, todos compartimos una pasión que llevamos en la sangre, hacemos nuestro trabajo con gusto, orgullo y felicidad”.
Lo que más le gusta de su trabajo: El despegue
Esa adrenalina que corre por el cuerpo al sentir acelerar los motores y la sensación que se tiene al despegar son inigualables. Ni hablar de la vista que uno tiene desde ahí arriba, es impagable, al igual que ver a los pasajeros disfrutando, aunque sea un poquito todo eso, a uno le llena el alma.
¿Pasaste las fiestas o una fecha importante lejos de casa?
He pasado varias fiestas, tanto en pleno vuelo como en el exterior. Ya sea Navidad o Fin de Año, si me toca pasarlo a bordo, siempre con la tripulación organizamos algo. Llevamos cosas para decorar el avión y así poder darle un tono más alegre. Esto más allá de lo que nos dé la compañía como champagne para el brindis de los pasajeros, por ejemplo. Pero siempre intentamos hacer algo tanto para pasarla bien nosotros como con los pasajeros.
Las veces que lo pasé fuera de mi casa, tuve la suerte de poder llevar un acompañante, ya sea un familiar o un amigo. Siempre nos permiten llevar a alguien para estas fechas especiales. Y por supuesto usamos skype, Facetime o videollamada de Whatsapp para comunicarnos con nuestros seres queridos.
Por último, ¿qué mensaje te gustaría hacerle llegar a los que tienen miedo a volar?
Volar es un placer inigualable. Es cierto que puede generar miedo e incertidumbre por ser algo desconocido o sobre lo cual uno no tiene el control. Pero créanme que la tripulación está para cuidarlos allá arriba, estamos haciendo lo que amamos, los que nos llena de alegría y placer, y desde ya que todos estamos más que capacitados para actuar ante cualquier cosa que pueda surgir. Así que…¡no tengan miedo, suban, vuelen, déjense llevar y disfruten!
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