No miento si dijera que en el aeropuerto todo me pone nerviosa. Llegar tarde, para empezar, porque siento que todo el sufrimiento de los días anteriores y las noches sin dormir serían en vano si el avión ya está cerrado. Después, me pone muy nerviosa ver gente mal vestida: ¿acaso no es para ellos un evento importante subirse a un avión? Con lo que a mí, como a ustedes, me cuesta, me crispa los nervios ver mujeres vestidas como para ir a hacer ejercicio. También las que se ponen tacones. ¡Al avión hay que ir cómodo! Y esto lo digo por varias razones: por empezar, como casi nunca duermo en el avión, tengo que estar cómoda para ir y venir mil veces al baño, subir las piernas, bajarlas, acomodarme como un ovillo de lana en el asiento. Pero atención: cómoda pero digna, porque el viaje representa un esfuerzo y además tengo la sensacion de que no es justo para los pilotos y para las azafatas que uno viaje así como recién salido de la cama. (Ya sé, lo escribo y no parece tener mucha lógica, pero la idea es sincerarme).
Por último, me ponen histérica los que llegan con valijas pesadas. Mis ideas primitivas que a pesar de los cursos y las lecturas todavía habitan en mi cabeza me susurran: «si sube con esa valija tan pesada, el avión no va a poder despegar». Y ultimísimo: me saca de quicio la gente que apenas apoya la cabeza en el respaldo se queda dormida: esto de pura envidia, por supuesto. Y quién sabe, lo anterior también. Lo reconozco.
Yo también me pongo nerviosa por todo en los aeropuertos. Pero sobre todo detesto la gente que en los cafés o en los restaurantes del aeropuerto come mucho: ¿no tienen miedo de sentirse mal en el avión? Yo trato de comer muy poco; no tomo café para no desvelarme (aunque siempre me desvelo en los aviones), tampoco pruebo nada raro. Sería demasiado tener miedo y además sentirme mal. Gracias por compartir.
Hola Sylvia, lo que hacés es muy inteligente. De hecho, hay gente que hace eso para distraerse y come mucho, toma bebidas alcohólicas que jamás tomó y después tiene que convivir a 10 mil metros de altura con un dolor de cabeza insoportable, malestar de estómago y….el miedo.