David Ferrandis Gonzalez pasó 15 años sin subirse a un avión. La última vez fue de Valencia (España) a Roma (Italia). Durante el despegue, sintió tanta ansiedad, que nunca más pudo volar.
«He perdido infinidad de cosas. Y dentro de cuatro días si no pasa nada, haré un pequeño vuelo de Valencia a Mallorca, ¿algún consejo?», nos escribió a través de Instagram.
Le contestamos felicitándolo por la decisión porque la ansiedad al vuelo es como una bola de nieve que cada vez se va haciendo más grande, mientras nos sentimos más y más cómodos en nuestra zona de confort.
También, le compartimos el tip de la cuenta regresiva para el despegue. «Cuando empieza el carreteo, contar de 40 a 0, intentando concentrarte únicamente en la cuenta regresiva. Verás que cuando estás en 5 ya el avión -según sea su tamaño y longitud de la pista, entre otros factores- estará en el aire y podrás tachar la instancia del despegue de tu lista de «Cosas que me estresan».
Llegó el día y David viajó con sus amigos a Mallorca. La experiencia fue mucho mejor de lo que pensaba. «Aunque me dio cosa el despegue en algún momento, no era para tanto como tenía en mente. Incluso grabé los videos del despegue y el aterrizaje».
Algo que ocurre con frecuencia en quienes pasan mucho tiempo sin subirse a un avión es que uno tiene sentimientos encontrados: por un lado uno siente ansiedad por enfrentarse a eso que durante tanto tiempo nos produjo miedo y por el otro lado, un fuerte deseo de cumplir con ese desafío. Esto mismo le pasó a David, que relató que le encantó el aterrizaje. «Me encanta esa sensación, el golpe al tocar la tierra y sentir cómo te tira el cuerpo hacia atrás».
En Argentina, es bastante habitual que se escuchen aplausos en ese momento, cuando el avión aterriza. Quise saber si en España también hay «aplaudidores». «Fue algo gracioso porque aterrizamos y empezamos a reírnos con mis amigos y aplaudí. Y de repente, por atrás, también empezamos a aplaudir».
Que sigan más vuelos y ya no queden planes sin concretarse ni lugares por visitar, David.