Carta a la azafata que me salvó la vida

El 24 de marzo Simón Deza iba en el vuelo 1711 de Aerolíneas Argentinas, de Salta a Rosario, junto a su pareja. Era su primer viaje en avión y no la pasó nada bien a la ida, le dio mucho miedo volar. Pero a la vuelta fue peor: en el despegue, tuvo un ataque de pánico. Enseguida la tripulación se acercó y ayudó. De hecho, hubo una azafata que lo tomó de la mano y siguió así durante el resto del vuelo acompañando y ayudando a Simón.

Al aterrizar, y después del shock que le produjo el ataque de pánico -que no había tenido nunca antes- no se dio cuenta de pedirles los nombres a los tripulantes que tanto lo ayudaron; y menos a la azafata que se quedó con él. Su pareja, José David, le dijo que iba a mover cielo y tierra y que los iban a encontrar para expresar su enorme agradecimiento. Buscó en Google, encontró un artículo de este blog y nos escribió por privado. Enseguida publicamos una historia en Instagram, mencionando el número de vuelo y el destino, y al rato, gracias al tripulante Fran Rosetti, pudimos conocer los nombres y Simón consiguió contactarlos, para agradecerles.

Lo que sigue es un texto escrito por Simón para Myriam, la azafata que se sentó junto a él en ese vuelo, y también para Maximiliano Balbos, comisario del vuelo AR 1711 y Manuel, TCP.

Con el mayor de los respetos, quisiera hacer un breve descargo por un eterno agradecimiento a esta personita que el universo y Dios puso en ese fragmento pequeño y feo de mi vida…

Tuve la desgracia de presenciar un agresivo ataque de pánico en un vuelo de Aerolíneas Argentinas de Salta a Rosario hace unos días.

No sabía qué era lo que me estaba pasando, los músculos las manos y el estómago se me estaban entumeciendo de una manera tan horrorosa que no me estaban dejando poder respirar.

En ese momento ninguno de los 3 azafatos que presenciaban ese viaje en ese momento dudaron en acercarse a ayudarme.

No sólo manifestaron su labor, su predisposición, su «vocación» tan preparada y tan valorada, sino también su hermosa empatía y corazón.

No quiero dejar de destacar a esta hermosa persona que me costó encontrar por redes y finalmente logré contactar que es Myriam Abad quien no soltó por un solo segundo su mano de la mía en todo el viaje sin ni siquiera conocernos, quien no se movió de al lado mío por un segundo… quien actúo como Madre, como hermana, como una gran protectora, como un Ángel que dios me puso en ese momento tan necesitado… Mi pareja y yo jamás pero nunca vamos a poder olvidar de tu corazón tan inmenso de tu mano que en ese momento era mi gran sostén y de tu mirada tan angelada que me ayudó a poder salir de esa situación tan monstruosa y nueva que me estaba pasando y que nunca más quisiera pasar…

Myriam GRACIAS GRACIAS GRACIAS. Fuiste mi gran heroína y voy a estar eternamente agradecido.. Sos una persona extraordinaria.. Gracias. Quizás algunos puedan pensar que actuó de forma natural… Yo pienso que a mi me salvó la vida.

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