Una seguidora de Facebook, con miedo a volar, nos preguntó qué estrategias podríamos tener cuando ocurre un accidente aéreo y empiezan a salir noticias de todo tipo en los medios.
A fin de responder, deberíamos abordar también la problemática de por qué se le da tanta relevancia a un accidente aéreo cuando, en realidad, hay situaciones de mayor riesgo, más cotidianas y más trágicas como, por ejemplo, los accidentes viales.
En Argentina, tenemos una tasa de 20 víctimas fatales por día según datos del 2016 de la Asociación Civil Luchemos por la vida. Se estima que hay 167 muertos por cada millón de habitantes en Argentina, mientras en Estados Unidos la cifra es de 107 y en España es de 36.
La información existe, las campañas que difunden estas cifras las vemos, hay videos, algunos muy explícitos, pero no generan el mismo efecto que cuando ocurre un accidente o incidente con un avión.
Dirimir esta cuestión nos va a acercar a la respuesta: la persona “padece” más el accidente aéreo, ya que su miedo esta sugestionado por un exceso de información y por la creencia de que el avión es riesgoso. Cree tanto en su visión o en su esquema mental, que eso va a fomentar más su miedo. A su vez, este último también se ve reforzado por el “exceso de información” producto de la cantidad de datos, videos, notas y otros tantos que abundan en exceso. A la hora de hablar de un accidente aéreo, muchas veces hay información poco fundamentada o incompleta.
La reacción de una persona con miedo a volar ante un accidente aéreo también es muy personal. Va a depender de cada uno y de las herramientas de afrontamiento con las que uno cuente y pueda implementar. A veces, estas estrategias resultan contraproducentes en lugar de ayudar a resolver la cuestión.
Cuando uno tiene miedo, todo parece una amenaza. Sumado a que estas noticias se interpretan por los medios de manera catastrófica, aun cuando no lo son. Un ejemplo fue el caso del vuelo 1380 de Southwest, que se dirigía de Nueva York a Dallas, ocurrido el 17 de abril. Si bien es muy lamentable la ocurrencia de una muerte, no fue una catástrofe ya que el avión pudo llegar a destino gracias al profesionalismo y entrenamiento de la tripulación.
La creencia “si encuentro más información, voy a sentirme mejor” es errónea. La ansiedad baja un rato al buscar información, pero en el corto plazo vuelve a aparecer el miedo y las personas se sienten atrapadas, creyendo que de esa manera controlan el miedo, cuando en realidad lo mantienen. Por ejemplo: a veces, quienes están por viajar y tienen miedo, suelen buscar noticias sobre accidentes y, frente a un dato temido (como el clima) sienten la necesidad de revisar el pronóstico meteorológico, una y otra vez, solo para buscar información y quedarse más tranquilos. Cosa que no pasa, y prolonga su ansiedad.
En definitiva, la búsqueda de información busca controlar la incertidumbre que genera el no saber que pasó y si puede llegar a volver a pasar.
La incertidumbre genera ansiedad y eso nos expone a tener que buscar un mecanismo para controlarla (aunque sea fallido). Cuesta y es difícil, pero tenemos que entender que la solución está en relajarse y no en “tratar de controlar” la ansiedad. Mientras más esfuerzo hagamos por controlarla, más nos controlará. A la ansiedad, como a muchas otras emociones, hay que dejarla fluir, aceptarla como parte de mi vida y así, dejar que pierda su efecto.
Por eso, la sugerencia es respirar y relajarse. Sé que cuesta, pero más cuesta seguir buscando información. En su lugar, mejor hacer algo productivo. De esta manera, estaremos haciendo un paso más para superar el miedo.
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