¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando sentimos miedo? Según un artículo publicado por Arash Javanbakht y Linda Saab, en The Conversation y reproducido por The Smithsonian.com, “algunos de los químicos principales que contribuyen a la respuesta de luchar o huir están involucrados en algunos estados emocionales positivos, como la felicidad y la excitación”.
Para los autores, que son psiquiatras que analizan el miedo y estudian neurobiología, sentimos lo mismo cuando nos pegamos un susto que cuando vivimos un momento feliz. Pero, ¿qué hace que nos sintamos completamente aterrorizados?
En los estudios que realizaron, Javanbakht y Saab encontraron que el factor principal cuando experimentamos miedo es el contexto. “Cuando nuestro cerebro pensante le envía a nuestro cerebro emocional una devolución y nosotros percibimos que estamos en un lugar seguro, nosotros podemos rápidamente cambiar la forma en que vivimos el estado de excitación, yendo de un estado de miedo a otro de disfrute».
Tal como explican los expertos, la reacción de miedo empieza en el cerebro y se disemina a través del cuerpo para hacer ciertos ajustes a fin de tener la mejor defensa o simplemente huir. Más precisamente, la respuesta del miedo comienza en una región del cerebro llamada “amígdala”, que tiene forma de almendra y se ubica en el lóbulo temporal.
La amígdala se activa cada vez que vemos el rostro de una persona con una emoción. Pero la reacción es más pronunciada con el enojo y el miedo.
La secuencia sería algo así: supongamos que pasa por delante un animal salvaje, se dispara una respuesta de miedo en la amígdala, que activa las áreas involucradas en la preparación de las funciones motores que se involucran en “luchar o huir”.
Pero no es lo único que se libera: también se dispara una reacción en las hormonas del estrés y el sistema nervioso simpático.
¿Cómo se siente el miedo en el cuerpo?
El cuerpo se prepara para ser más eficiente frente al peligro entonces:
- el cerebro se vuelve hiperalerta,
- las pupilas se dilatan,
- los bronquios se dilatan
- la respiración se acelera
- el corazón y la presión sanguínea aumentan
- la circulación y la glucosa hacia los músculos se incrementa
Algo curioso es que los órganos que no son vitales para la supervivencia disminuyen su funcionamiento, por ejemplo el sistema gastrointestinal.
El hipocampo, que se ubica muy cerca de la amígdala en el cerebro, y el cortex prefrontal ayudan al cerebro a interpretar lo que perciben como peligroso. Son las responsables de mejorar el procesamiento del contexto, lo que ayuda a determinar si de verdad estamos frente a un riesgo real o imaginario.
Sin duda, ese es nuestro principal desafío a la hora de volar: informarnos lo suficiente para tener las herramientas para determinar que no existen riesgos cuando escuchamos un ruido que no conocemos, el piloto hace alguna maniobra o incluso cuando se enciende la señal del cinturón de seguridad. Nuestro cuerpo al principio posiblemente reaccione con los mismos síntomas descriptos más arriba, ya que para nuestro cerebro existe el peligro. Nuestra misión, teniendo en cuenta el contexto (es decir, ver que el avión continúa su curso) será recuperar la calma y, por qué, sentir la alegría, en todo el cuerpo, de que lo estamos logrando. Lo estamos domando. No al avión, para eso están los pilotos, sino al miedo.
Fuente: What Happens in the Brain When we Feel Fear, Science, Smithsonian
He tratado con medicamentos, quisiera ser como una persona normal al volar y sentir emoción, pero siento que estoy muriendo todo mi sistema nervioso colapsa y siento vértigo, siento que mi corazón va a explotar es un pánico terrible 😞 es algo que no se le desea a nadie .
[…] ¿Por qué sentimos miedo a volar? […]
desde lo intelectual se puede entender el manejo, ahora q hacemos con todo eso?? no creo q este tipo de nota te sume en algo: el que siente miedo sabe que le atraviesa al cuerpo!!!! salu2
Entiendo que a algunos no les interese, a mí me encantó leer esta investigación que publicó The Smithsonian, sobre todo porque creo que son dos las patas para vencer el miedo a volar: aprender de los aviones (para no asustarnos por ruidos y procedimientos que son de rutina) y aprender del miedo (para saber qué hacer cuando aparece la ansiedad). Saludos.